La psicodelia de los conductos
“Los conductos” es el primer largometraje del artista Camilo Restrepo.*
No podemos evitar pensar en la palabra “conductismo” [estudio de la conducta de algo] cuando leemos la palabra “conducto” [pasaje que conduce algo]. Aunque, nada más en oposición a “la psicología de la conducta” que “la psicodelia de los conductos” de Restrepo.
No obstante, esta simple oposición, entre psicología y psicodelia, es posible animarla, remontándose a los antiguos, como la disputa por el “alma” (psychē) entre la “razón” (logos)¹ y lo “sensible” (dēlos)². Dialéctica que nos permite perseguir (especulativamente) algunos motivos en Restrepo.
1. La modernidad es la era de los infiernos.
Del alma diremos someramente que se confunde con lo in-visible, para enunciar directamente que entendemos el gesto de la razón como la organización de lo invisible en lo visible, y, el gesto de lo sensible como el hundimiento de lo visible en lo invisible. Gestos adjuntos que en la continuidad de un fluir componen los conductos del y al alma.
Los infiernos, como los nombraron algunos antiguos, son los conductos donde se funde lo invisible (el cielo) y lo visible (la tierra). El descenso a los infiernos, como lo describieron algunos antiguos, es el tránsito del alma por estos conductos. Es en estos trances donde ocurren los misterios, los de la muerte y la vida, los de la metamorfosis. El fuego, como lo señalaron algunos antiguos, es el elemento arcaico con el que se trafica esta memoria.
Aún, si pensamos que, como carros en una autopista, una distancia enorme nos aleja y olvida de tiempos antiguos; sentimos que, como crece la sombra mientras el sol declina, los infiernos se pliegan y atraviesan entre nuestros tiempos. Para recordarlo, basta vagar por los márgenes atendiendo los escombros. “Los conductos” es el descenso a los infiernos de Luis Felipe Solano (Pinky).
2. Pinky, un vicioso en la época del necro-capitalismo.
De los misterios del alma, carnaval de movimientos telúricos, brota la vida (physis). Brota en la continuidad de una respiración con los gestos de la razón y lo sensible. Esta respiración de la vida es indispensable para la salud del alma. Solo la razón auto-complaciente, como solo la sin-razón des-memoriada, ahogan. Es, por lo tanto, con algo de “razonabilidad”³ que es posible entrar a “participar con otros” en los ritmos que componen la vida.
“Simpatía fisiognómica” son palabras escogidas por Benjamin para conjugar su aproximación a la vida moderna. Palabras que también conjugan lo expuesto, si entendemos sim-patía como lo que recoge-pega el pathos con el logos (razonabilidad), y, fisio-gnomía como lo que mira-acoge el rostro de la physis (comunidad). Razonabilidad comunitaria o simpatía fisiognómica que es posible empezar a trazar, como una cuestión de ritmo, con las “líneas de errancia”⁴.
Con esto expresar, aunque no sea razón, que no podemos evitar soñar con “los pasajes” de Benjamin cuando miramos “los conductos” de Restrepo. Sentimos, los gestos de Restrepo, acogiendo la vivencia de Pinky, en resonancia espectral como en alguna música electrónica con los gestos de Benjamin, acogiendo la vivencia de Baudelaire. Gestos por la super-vivencia del alma. Gestos que se articulan en la atención (escucha) de los estados intermedios (sueños). Lo cual permite pensar a Benjamin y Restrepo operando en la psicodelia.⁵ Con esto señalar, aunque no sea sin-razón, el lugar importante de las sustancias (hachís en Baudelaire, basuco en Pinky), como de las mercancías (jugendstil en Europa, falsificación en Suramérica).
La atención que Benjamin presenta a la supervivencia de Baudelaire alcanza un impresionante despliegue técnico-delicado en su proyecto de “los pasajes”. Delicado en su atención a lo fragmentario, técnico en su atención al montaje. Sin embargo, antes, la técnica delicada de “los pasajes” ha sido bellamente esbozada (anunciada) por Benjamin en la descripción que hace del “abanico”, como objeto antiguo, en “Calle de dirección única”. Descripción que, siguiendo a Benjamin, es posible nombrar como “espectralidad dialéctica”⁶. Dialéctica que nos permite recoger (espectralmente) algunos motivos en Restrepo.
“Todo el mundo habrá tenido la experiencia siguiente: cuando se ama a una persona, incluso cuando sólo se piensa intensamente en ella, casi no hay libro en el que no se descubra su retrato. Y hasta se presenta como protagonista o antagonista. En los relatos, novelas y cuentos reaparece en metamorfosis siempre nuevas. Y de esto se deduce: la capacidad de la fantasía [lo espectral] es el don de interpolar dentro de lo infinitamente pequeño, de inventarle una plenitud nueva, compacta, a cada intensidad que se traduzca en extensión; en pocas palabras, de considerar cada imagen como si fuera un abanico cerrado que sólo toma aliento al desplegarse, y, en su nueva dimensión, exhibe los rasgos de la persona amada que oculta en su interior.”⁷
Agregar, además, que “todas las historias de amor son historias de espectros” [Foster Wallace]. “Espectros” en vez de “fantasmas” para rememorar junto a su figuración trágico-poética: “phantasma”, su figuración electro-magnética: “spectrum”. “Re-memorización de una memoria singular” [Benjamin] que no es otra que la del gesto romántico en su integración de poesía y ciencia [Goethe].⁸ En efecto, en los conductos, encontramos el espectro anímico (Pinky-Desquite) en medio (trance) del espectro sonoro (acústico-electrónico) y lumínico (rojo-verde). Trance espectral o medio audio-visual que se traza, como una cuestión de montaje, con el “cinematógrafo”⁹.
3. Los conductos de Medellín en el final del siglo XX
El final del siglo XX [como la mitad del siglo XIX] es un momento de inflexión para la técnica, marcado por el paso de: (1) lo analógico a lo digital [lo pictórico a lo fotográfico] en los imaginarios, (2) lo industrial a lo post-industrial [lo manufacturado a lo industrial] en las materialidades, (3) lo capitalista a lo necro-capitalista [lo imperialista a lo capitalista] en las colectividades.
Restrepo [como Benjamin] busca situarse al borde de estos cambios entre los conductos [los pasajes]. Sin embargo, es necesario señalarlo, el dispositivo de Restrepo [como el de Benjamin] de ninguna manera busca los encuadres de una “nostalgia reaccionaria”, más bien de múltiples maneras busca los destellos de una “melancolía revolucionaria”.
Si se mira a: (1) las imágenes distorsionadas (medios), (2) los materiales hechizos (piratería), (3) los colectivos marginales (criminalidad), que se acumulan como residuos (escombros) en nuestras ciudades, es porque esto lleva la impresión de una guerra que disiente de la narrativa del estado. Impresiones que en el montaje del cinematógrafo pueden tomar aliento para iluminar fragmentos de tiempo (destellos) donde se re-velen los rasgos del porvenir del alma (futuro).
Ojeando un libro de etología, el educador Deligny se detiene sobre el epígrafe de un capítulo que es el siguiente fragmento de una carta de Freud a Einstein:
“Una parte de la desigualdad de los hombres, innata e imposible de eliminar, consiste en que se dividen en conductores [padres] y conducidos [hijos]. Los conducidos constituyen la enorme mayoría; necesitan una autoridad que tome por ellos decisiones a las cuales por lo general se someten sin condiciones.”
En “lo arácnido”, Deligny mostrará que “esta conducta” para nada es innata en los rededores de la vida y que “la psicología de esta conducta” sobre todo lo que posibilita es el dominio del capital. En esto radica la importancia de “trazar los vagabundeos” para la resistencia y de “la psicodelia de los conductos” para el porvenir.
Hacia lo ruderal
“La modernidad es la era de los infiernos, sus penas se revelan [en] lo novísimo [del capital] que se da cada vez en ese espacio” [Benjamin]. Sin embargo, entre las cenizas, “mi vida” continúa con su tránsito [Restrepo]. Para recordarlo, basta vagar por los potreros atendiendo los árboles. Ruderal es la naturaleza que, entre los escombros, continúa con su tránsito.
Del fondo de su reducto árido, el grillo,
Mirándolos pasar, redobla su cantar;
Cibeles, que los ama, aumenta sus verdores,
Hace manar la piedra y florecer el desierto
Ante estos viajeros, para los cuales está abierto
El imperio familiar de tinieblas futuras.
Baudelaire, Spleen e Ideal.
La segunda semana de Junio, días en los que llovió durísimo, Camilo Restrepo presentó “Los conductos” en Medellín. El viernes de esa semana, por invitación de una querida amiga, nosotros estuvimos en Robledo.
En la tarde de ese viernes, mientras el sol declinaba, presenciamos la fuerza con la que el agua descendía y (en algún momento) la tranquilidad con la que la luz se despedía de la loma. Después, con el Colectivo de Improvisadores de Medellín, nos entregamos a la oscuridad de la noche.
Durante esos días, mientras parchábamos por ahí, charlamos varias veces sobre “Los conductos”. Aunque no lo parezca, este escrito busca ser el recuerdo de esos días.
Agradecemos a Alejandra Montes y sus parceros de Medellín por la acogida.
* Este escrito no busca pararse sobre la experiencia alucinatoria que constituye el mirar la película, de hecho no tiene ninguna descripción explícita sobre lo que ocurre en ésta; más bien, busca caminando recorrer algunas reflexiones posteriores que constituyen el recuerdo, con el que salimos a escuchar el mundo, luego de la película.
¹ Las razones (logia) del alma (psychē) que es la psico-logía.
² Las manifestaciones (dēloun) del alma (psychē) que es la psico-delia.
³ Razón + Sensibilidad [Vaz Ferreira, Zalamea].
⁴ El gesto (arácnido) de Deligny que Restrepo (explícitamente) señala. “Más valdría hablar de la atracción de lo vago. Vago [vague] es una palabra que parece tener orígenes dispares, lo cual le da amplitud y diversidad al eco que me provoca. Vago [ola] es el movimiento de la superficie del agua. El espacio vago [la tierra baldía] es lo que al espíritu le cuesta captar. Vagar [errar] es lo que compone nuestro azar” [Deligny]. Por nuestro lado, señalamos que se confunde el ritmo en su origen (rhuthmos) con la forma de la ola (vague) [Benveniste].
⁵ La psicodelia en tanto diferencia e integral de la psicología, por lo tanto acercándola a los antiguos.
⁶ “Los pasajes de Paris, una fantasmagoría dialéctica” es el título inicial que Benjamin propuso para su proyecto. Proyecto que presentaba como continuación de “Calle de dirección única”. La razón para poner “espectralidad” en vez de “fantasmagoría” la damos adelante.
⁷ Los énfasis son nuestros.
⁸ Memoria singular de dónde puede manar naturalmente los espectros de Marx [Löwy].
⁹ El gesto (diabólico) de Epstein que Restrepo (implícitamente) inscribe. “Todo concuerda para hacer del espectáculo cinematográfico el mejor asistente de la fantasía [lo espectral], el mejor sucedáneo del sueño cuya función liberadora resulta transpuesta y multiplicada a la escala de necesidad colectiva, de una obra de utilidad y salubridad pública” [Epstein].
Referencias
Benjamin, W. |1972 | Baudelaire (tr. Varios). Abada Editores (2014).
Deligny, F. | 2008 | Lo arácnido (tr. Puentes). Editorial Cactus (2015).
Epstein, J. | 1947 | El cine del diablo (tr. Ires). Editorial Cactus (2014).
Restrepo, C. | 2021 | Retrospectiva en la Cinemateca de Bogotá (Junio).
Zalamea, F. | 2009 | América — una trama integral. Universidad Nacional de Colombia (2009).